El día 1 de septiembre de 1.945, en la aldea Sabana Larga, jurisdicción del municipio San Sebastián, en la vecindad de San Cristóbal, estado Táchira, en plena canícula, los habitantes vieron cómo el potrero del finado Lucas Alviares se deslizaba lentamente, en ceremoniosa marcha que nadie notaba.
Todos de fueron a dormir como si el hecho no tuviera importancia. Nada anormal ocurriría y el deslizamiento apenas si sería alguna ilusión óptica. Por eso el disanto pueblerino no alteró el remanso de paz, la serena quietud rural.
Pero el lunes la aguja del temor comenzó a encajarse en los ánimos cuando vieron obstruida la carretera del Uribante con un derrumbe. Desocuparon inmediatamente las casas del El Cucharo y las destejaron. El cerro El Cucharo seguía avanzando. Ya había llegado al potrero del finado Lucas y lo había cubierto. Ya estaba arropado, insensible, la casa de Lucas. Después....le tocó el turno a las otras.
El cerro, antes orgulloso de su veste llena de pliegues, se había doblado de rodillas. Cual un ser vivo, animado de insania, quería en un abrazo de muerte ahogar la comarca.
Cansado de los muchos años de estar inmóvil, había emprendido el camino en busca de liberación. Se había puesto en marcha y se entregaba a su gran aventura.
¡ Y en su venganza por tantos años de inmovilidad a que estuvo condenado intentaba destruir cuanto a su paso encontrara!
Sin embargo todo transcurría en el mayor silencio. Un sombrío silencio. El espeso silencio de la muerte. Un velo de polvo se alzaba cubriéndolo todo, menos su propio temblor de anciano que se echa a andar. ¡ Solamente en la hora nona la gente diese cuenta de la catástrofe que se avecinaba !.
Como gigantesca nutria que oculta la cabeza, la masa parda del cerro avanzaba. Un testigo presencial dijo: "Andaba lentamente el cerro, pero sin pararse. Se movió así en una extensión como de medio kilometro. A la 1 p.m., había llegado al ingenio de El Cucharo.... El cerro andaba dos centímetros por minuto. Se veía el enorme monstruo moviéndose en un frente amplio de dos o tres metros de altura. Temíamos que llegara hasta El Torbes y formara una laguna...".
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